A 53 años de la muerte del Che su lucha sigue vigente

El 9 de octubre de 1967 Ernesto Che Guevara es ejecutado en la localidad boliviana de La Higuera, tras haber sido herido y capturado por una patrulla del ejército boliviano y la CIA. Sus restos fueron encontrados en 1997 en una fosa común en Valle Grande y trasladados a Cuba.

Desde Radio La Minga nos comunicamos con el Centro de Estudios Che Guevara y hablamos con María del Carmen Ariet García, quien nos contó cómo fue el proceso de investigación, búsqueda y encuentro de los restos del Che.

María del Carmen Ariet García es Licenciada en Sociología y Doctora en Ciencias Históricas. Es la Coordinadora Científica del Centro de Estudios Che Guevara, asesora de la Cátedra Che Guevara, Programa FLACSO de la Universidad de La Habana, miembro de la Comisión de Grados Científicos de Sociología del MES, miembro de LASA y del Consejo editorial de la revista Contexto Latinoamericano. Es Investigadora y Profesora Titular. Es coordinadora del proyecto editorial dedicado a la vida y obra de Ernesto Che Guevara en colaboración con la editorial Ocean Sur.

En su relato, María del Carmen nos cuenta cómo conoce a Aleida  y cómo, entre 1981 y 1982, comienza su trabajo de entender, interpretar y transcribir la obra del Che, trabajo que fue posible por la incansable voluntad de Ernesto Che Guevara de escribir todo lo que veía e interpretaba en su camino por América Latina. En base a todos estos escritos, el Centro de Estudios Che Guevara, realiza la labor de recopilación y de publicación de sus textos originales.

Al consultarle por la muerte del Che, María del Carmen nos dice que para conocer la historia de la muerte del Che, es necesario e inevitable adentrarnos en la historia de Bolivia. “Todo el que se adentra en la obra del Che tiene necesariamente que introducirse en la realidad boliviana. Cuando yo comienzo a estudiar la papelería del Che, para mí es un asombro muy certero el segundo viaje que él establece o hace hacia América Latina, donde comienza por Bolivia. Comienza por Bolivia porque se estaba produciendo desde el año anterior, él sale en el 53 ya graduado como médico, el proceso de la Revolución Boliviana dirigida por el MNR. Esto permitió que se hiciera una evaluación particular de la Bolivia de aquella época, sumado al antecedente de su primer viaje, que realizó en América Latina con Granados y que fue una especie de telaraña y magia que se produjo en él, de la que nunca pudo salirse y su compromiso llegó hasta el final de sus días. Bolivia es el resultado de esa intencionalidad primera y, después, de consolidar su concepción de la liberación del ser humano, donde con Bolivia comenzó una historia que fue trunca por su muerte pero que, por supuesto, continúa y continuará hasta que realmente no se haga efectivo este proceso de liberación.”

La reconstrucción de lo que pasó con la muerte y los restos del Che es un trabajo de muchos años en el que participaron diferentes investigadores, instituciones y organizaciones. En 1989 María del Carmen comienza a participar de este trabajo y nos cuenta que a partir de ahí “se descubrió o se trató de reafirmar que la desaparición del Che no era como se había dicho, que había sido incinerado, sino que estaba realmente enterrado en una zona particular de Bolivia.”

Para poder realizar la investigación y búsqueda del cuerpo, María del Carmen se trasladó a Bolivia, y así nos comparte las sensaciones que fue sintiendo al llegar, particularmente a La Paz y a Valle Grande. “Fui de Buenos Aires en ómnibus, con un grupo de estudiantes argentinos y compañeros de los movimientos de izquierda que me acompañaban, hasta La Higuera y Ancaguazú, y fue también la primera vez que fui a Valle Grande. Todos estábamos asombrados y admirados porque eran paisajes muy agrestes en una realidad que apenas conocíamos, y sin dudas nos estremeció ver sitios que estaban casi como una imagen de comunidad primitiva, habitantes que se correspondían con esto y ya uno se fue percatando, no sólo de la realidad del campo boliviano, sino también de los propósitos que perseguía esa guerrilla y el Che cuando hablaban de lograr una plena liberación de Bolivia y de los seres humanos.”

El 28 de junio de 1997, el cuerpo del Che es encontrado en una fosa común junto a otros cuerpos de integrantes de la guerrilla boliviana. “La guerrilla de Bolivia estaba conformada por diferentes nacionalidades, peruanos, bolivianos, cubanos, y en esa fosa, donde había siete cadáveres, estaban representadas todas esas nacionalidades.(…) Creo que eso también nos conmovió a todos y nos estaba recordando que a la historia es muy importante rescatarla para que, aunque en ese momento quizás no fuera entendido por algunos, siempre quedara como el paradigma real de hombres que luchan verdaderamente por la liberación y la independencia de nuestros pueblos.”

Tras el hallazgo de los restos, el cuerpo del Che es trasladado a Cuba, a un mausoleo en la Ciudad de Santa Clara. “Han pasado 23 años de ese suceso pero la historia recuerda que, cuando se trasladaron los restos a Cuba, se hizo un homenaje en la Plaza de la Revolución y en el trayecto hacia Santa Clara de todas las provincias, adonde el pueblo espontáneamente daba muestras de respeto y admiración  hacia la figura del Che y de los combatientes caídos, que creo que ha sido lo presente en aquel momento, lo que se mantiene todavía en el mausoleo y lo que significa recordarlos en ese momento a ese puñado pequeño de hombres que honran las ideas libertarias, desde Bolivar hasta nuestros días, y que son una continuidad de todas las gestas de lo más digno de América Latina y que todavía, no solo están presentes  en las fechas de aquel momento, sino persistirán porque creo que, como decía el Che, queda mucho por hacer en América Latina.”